Yo, como educadora del arte y la arquitectura, empiezo desde mi propio hogar. Soy madre de un niño de 4 1/2 años, muy inquieto y deseoso de adquirir todo el tiempo conocimientos. Es con él que practico muchos de los talleres que realizamos luego con Arki-kids. Tal vez, en alguna ocasión también colabora conmigo yendo a diferentes lugares para recaudar información y fotografías que utilizaremos en los siguientes talleres.
A finales del año pasado, para septiembre, realizamos un taller acerca de un ilustre artista de Guatemala. Buscamos entre las personas que pudieran relacionarse no sólo con el arte, sino con la arquitectura y que fueran parte esencial de nuestro entorno, con quien cualquier niño pudiera identificarse fácilmente. Al final, como entenderán, nos dirigimos directamente a indagar sobre el legado del maestro arquitecto Efraín Recinos.
Vivimos en Antigua Guatemala, lejos del ajetreo de la capital y nos gusta caminar en las calles y observar la arquitectura colonial, las ruinas de las iglesias, los sistemas de distribución de agua que existen todavía como testigos de una ciudad que iba delante de muchas ciudades europeas, en cuanto a servicios y comodidades para sus habitantes. Mi hijo todo el tiempo pregunta sobre una cosa, sobre otra… le encanta observar las fachadas y aprende muchísimo sobre arquitectura de forma natural. Uno de sus paseos favoritos no es ir a MacDonals, que también vamos alguna vez, sino ir a Capuchinas a recorrer sus instalaciones y a preguntar dónde estaba la cocina, donde las habitaciones de la torre circular y cómo no, ir a cantar un rato en el sótano, que tiene una acústica espectacular.
Hablaba que vivimos en Antigua, porque precisamente acá, en el Tenedor del Cerro tienen una muestra bastante interesante de las esculturas y pinturas de Efraín Recinos. Como queríamos usar sus esculturas y pinturas como personajes para una de las aventuras que tendríamos con arki-kids, fuimos varias veces a tomar fotografías de las mismas. Estuvimos viendo a Guatemalita,
un lindo pesonaje de Efraín Recinos que formaba parte de muchas de sus obras, incluso formó parte de unos comics que jamás salieron a luz. Es un personaje versátil, ahora vuela, ahora recorre el mundo con su equipaje al hombro… ahora va con su wolkswagen a defender la patria de algún monstruo inventado también. Las quimeras e historias que inventó Efraín Recinos fueron fantásticas, únicas e inigualables. Mi niño se pasó coloreando y dandoles vida a todos estos personajes. De todos, prefería sobre todo a Guatemalita porque era la combinación del mapa de Guatemala y una linda niña, y a un robot destructor que quiere acabar con todo. Con brazos en forma de fusiles y dispuesto a atacar a quien se le pone enfrente. Estaba también la silueta de un pintor, delineando a otra de las musas de Efraín. Este le llamaba la atención por su dedicación a retratar a otra persona.
Luego fuimos al Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.
Mi hijo ya lo conocía porque desde la sexta avenida, la zona del museo del Ejército que tan bien integró Efraín, tiene almenas como un castillo y a él le encantan los castillos; por lo que ya varias veces habíamos visitado el museo, los jardines, los paseos, el teatro al aire libre y la gran plaza antesala del monumental Teatro Nacional. Entonces, en esa ocasión estuvimos fotografiando el teatro y sus alrededores, vimos cómo mezclaba arquitectura y plástica y cómo iba integrándose de forma genial con el entorno, con la naturaleza y con el momostote de la fortaleza de San José, hoy museo del Ejército.
Estuvimos entonces, varios días dedicándonos a apreciar la obra de Efraín Recinos y mi hijo quedó prendado de él. No paraba de hablar de Efraín Recinos, de que por qué se había muerto, que qué pasaba con Guatemalita ahora que él no estaba… que si era amigo de Jesús, porque si los dos estaban en el cielo… Luego hicimos el taller y pasamos a otros temas diferentes, pero en la mente
de mi hijo, quedó prendida la obra de Efraín Recinos…
Realmente adora seguir viendo sus esculturas y pinturas. Siempre me ha sorprendido la facilidad que tienen los niños de quedarse con las imágenes y con los estilos. Ya sé que el estilo de Efraín Recinos es único y difícil de igualar, pero tiempo después, mi hijo me sorprendió cuando pasando en carro sobre la 7º avenida zona 4, vimos el Crédito Hipotecario Nacional y mi niño saltó de su asiento y me dijo: ¡¡¡¡¡¡mami!!!!!!! ¡¡¡¡una escultura de Efraín Recinos!!!! Emocionadísimo por encontrarla… Me quedé de piedra porque no habíamos hablado de ese mural durante nuestra búsqueda del arte de Efraín Recinos para nuestro taller de Arki-kids… Otro día, estando viendo una colección privada de arte que hay acá en Antigua Guatemala, vio un cuadro pintado por él y lo reconoció sin ningún problema, a pesar que no estaban los personajes que más le gustaban.
Por eso, si mi hijo supiera lo que ha pasado este fin de semana en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, (http://www.diariodigital.gt/2014/06/16/teatro-nacional/) como admirador total de Efraín Recinos y de su obra, sería el primero en protestar, en angustiarse por la conservación del lugar y por tratar de ver que no vuelva a ocurrir. Alguien una vez me dijo: debemos procurar que las ciudades sean amigables para los niños, escuchémosles y veamos qué es lo que ellos quieren. Si las hacemos siguiendo sus directrices, no tendríamos que preocuparnos de nada más, porque una ciudad amigable con los niños, es una ciudad amigable con todos los demás.
Conclusión: inculcar el arte y la arquitectura en niños es fácil si lo hacemos de manera constante, si vemos arte, si apreciamos la arquitectura, si no, sólo les hablamos de fútbol, que no es malo hablar de fútbol, el asunto es si sólo de eso les hablamos, o de Barnie, o de las princesas de Disney.
Lo malo es pretender que cuando nuestros hijos sean mayores les interese algo más que el futbol o si solo se ven como lindas princesas. Los niños asimilan todo lo que ven, todo lo que sus papás hacen, lo que hacen las personas que les rodea. Si quieres que tu hijo vaya más allá, que explore otros mundos, que aprenda sobre arte, sobre conceptos arquitectónicos y sobre experiencias acerca de la ciudad y su entorno, debes formarlos, debes enseñarles los edificios, las ciudades, llevarles a ver obras, leerles libros… Los niños son un reflejo de lo que les rodea y eso nos hace responsables, muy responsables.